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miércoles, 14 de octubre de 2015

¿Quién escuchará a Laocoonte?

Laocoonte era un sacerdote de Apolo en Troya y a pesar de advertir a sus conciudadanos de lo peligroso que era aceptar el caballo regalado nadie le hizo caso,consciente del peligro que la figura de madera  suponía para la ciudad y sin ser apoyado por sus compatriotas empezó a intentar destruir la representación equina por su cuenta y debido a la profanación del regalo enviado por los aqueos,los dioses mandaron dos serpientes que devoraron a sus hijos y las cuales también le devoraron cuando intentó detenerlas.



Nosotros también tuvimos y tenemos  a gente como Laocoonte ,aquellos que veían lo que iba a pasar,pero igual que los troyanos miraron para otros lados nosotros no supimos ver el futuro, eran tiempos en los que nuestro París,un madrileño que gobernó durante los años del pelotazo nos permitió bailar con la más guapa, nuestra Helena de Troya (EE.UU), ese país que nos hacía sentir fuertes,protagonistas y participes de un eje que destruía dictaduras por un bien mundial.Nuestro caballo y gran vaca sagrada era un gurú de la economía que nos hizo creernos los mejores,cada español y española era un "tronista" en potencia,pero  aquellos que osaban cuestionar a ese gran gurú a ese gran pensador,en vez de ser devorados por serpientes eran ninguneados y denigrados por contertulios al servicio del mejor pagador, convertidos en nuevos Alonsos Quijano,ridiculizados,siendo menospreciados por el rebaño que se congraciaba con las riquezas que traían estos nuevos reyes.Y de aquellos barros estos lodos.Por no escuchar a los que intentaron abrirnos los ojos,nos encontramos con la situación actual con amigos y familiares a los que miramos con admiración y respeto por haber ido a buscar fortuna a kilómetros de sus casas y a los que añoramos,en lo que los herederos de esos ambiciosos gobernantes llaman aventuras,con familias luchando cada día por conservar un hogar,con una generación perdida que lucha por tener un mínimo futuro y que no sabe cuando podrá plantearse formar una familia o simplemente planificar sus vidas.



Hoy sabemos que aquellos sátrapas ambiciosos se llenaban el bolsillo mientras la panza de nuestro país menguaba.Que no había mayor interés que el propio.Espero que en estos nuevos tiempos que nos esperan, no nos dejemos engañar por falsas recuperaciones,por los mismos que ya se llenaron las faltriqueras ondeando la bandera y prostituyendo el servicio a su país por sus propios intereses, que dejemos paso a nuevos tiempos, nuevos colores que ventilaran nuestras instituciones y que escuchemos a nuestros Laocoontes contemporáneos,no caigamos en el error de generaciones pasadas,aprendamos de sus errores y acabemos con ellos.No podemos permitirnos ser engatusados por aquellos que nos hablan de los peligros de las nuevas hornadas de políticos,cuando compartiendo mesas y banquetes con los saqueadores no vieron o no quisieron ver lo que pasaba realmente.Que nuestros miedos no nos impidan apostar por un futuro mejor o al menos un futuro diferente.

Que por fin Laocoonte pueda descansar en paz,sabiéndose escuchado.